Estoy a más de mil kilómetros del hogar donde dejé mi niñez. Allá quedó la peonza verde, el arco y las flechas, y las canicas con las que jugaba. Los fantasmas de aquellos días son hoy mis inquilinos. El silencio y la soledad, luchan por el primer lugar en mi alcoba. Pero esta mañana... me he despertado dispuesto a salir al mundo y comprar 300 gramos de caricias, aviones sin destino y carcajadas.
El sabado día 27 nos reuniremos en Ribarroja de Ebro, después de 45 años.
La infancia vuelve vestida de personas mayores que desean encontrar en el rostro del otro un retal de aquel niño.
Feliz encuentro.
ResponderEliminarUn beso
Espero que disfrutes de ese tiempo pasado en el tiempo actual, porque lo importante es haber vivido cada uno de los momentos con la intensidad que sólo tú sabes vivir.
ResponderEliminarUn abrazo mi niña
A mí me encantaría poder tener un encuentro así con mis amigos del recuerdo.
ResponderEliminarQue lo paseis bien, muy bien.
Un abrazo
A veces me gustaría encontrarme con las amistades de antaño... admirar el paso de los años en cada una de nuestras personas y reírnos de lo que alguna vez fue una niñería... hoy es una estupidez.
ResponderEliminarQue lo disfrute...!!!
Saludos.
Cristofer.
¡Que bonito ese reencuentro.Yo lo tuve hace cinco años y recordé aun mas ami niña interior.Disfrutalo.Besos deluz.
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