EL FRIO DE LOS RECUERDOS
El silencio y la distancia, alimentan serenos la memoria:
el tibio resplandor de los braseros,
viejos espejos que distorsionaban nuestra imagen,
los mil sonidos de aquella infancia sin retorno.
Las voces de los afiladores y los vendedores ambulantes,
el traqueteo de los carros sobre los viejos adoquines,
las llamadas del cartero voceando nuestros nombres desde el zaguán...
En las noches serenas se oía el silbido del tren,
los expresos de ronco quejido
y los perros, siempre los perros ladrando a la luna.
La mañana tenía un sol amarillento y frío
y la leche calentada en el hornillo, solamente pedazos de pan.
¿Por qué hace tanto frío en los recuerdos
y se diluyen los colores en un gris tan difuso?
Hoy conduzco mi coche por el atasco urbano.
y compro mis caprichos en grandes almacenes,
aunque ha quedado un inmenso vacío
de casi cuarenta años de soledad.
Del poemario: Ayer fue sombra
VI Edición Premio de Poesía Delegación del Gobierno de Aragón
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Gràcies, Helena, ens ofereixes un poema realment magnífic. He visitat el blog d'aquest poeta gràcies a tu i tot i que de vegades no comente, no deixe de llegir i rellegir els seus poemes.
ResponderEliminarB7s
"¿Por qué hace tanto frío en los recuerdos
ResponderEliminary se diluyen los colores en un gris tan difuso?"
Un gran poeta.
¡Jo, qué buen poema!Pero que muy bueno, desde mi punto de vista. ¡Este Miguel Ángel es... un poetazo!
ResponderEliminarAbrazo
Menos mal que en mis recuerdo el frío provenían de la climatología de Salmanca...
ResponderEliminarTransmites la tristeza con una realidad tal que pareciera sacada de una película en tres D, qué digo!, ¡los cinco sentidos se dibujan, hasta las lágrimas escondidas salpican el limpiaparabrisas de tu coche...!
Excelente soledad dibujada en palabras.
Un abrazo
El poema es una preciosidad, pero los dos últimos versos...
ResponderEliminar"aunque ha quedado un inmenso vacío
de casi cuarenta años de soledad"
... son sublimes.
¡Qué gran poeta es Miguel Ángel!
Un abrazo
Es curioso, el vacío se percibe, y casi se puede palpar, como un hueco entre esa infancia y el presente. Allí, en la frialdad de los recuerdos de la niñez da la sensación de que no hay huecos para el vacío, sino una cimentación rotunda que se arquea hacia el poeta.
ResponderEliminarUn beso para cada uno: para Elena y para ti, Miguel Ángel.
Laura
Muito
ResponderEliminarBom
gostei
los recuerdos atraviesan todos los caminos y poetas como Miguel Ángel nos traen la belleza incluso de aquellos que partieron con frío...
ResponderEliminarElena, Miguel Ángel... besos
Eres grande, Miguel Ángel... Y doña Elena, claro.
ResponderEliminarDecía L. A. de Cuenca: "La nostalgia es un burdo pasatiempo" Y en un poema cité ese verso terminando: "Aún así, lo intenté"
No es mala la nostalgia si no te derrumba, como en este poema que sabe a gloria.
Enrique Gracia
aunque ha quedado un inmenso vacío
ResponderEliminarde casi cuarenta años de soledad.
Intenso
Un saludo
¡Qué bueno, amigo Miguel Ángel! Curioso que todos los recuerdos que mencionas se perciben con el termómetro muy, muy bajo. Ni siquiera la leche calentada en el hornillo transmite calor, más bien frío.
ResponderEliminarElenita, gracias por publicarlo.
Un beso
Un gran libro y un gran poeta.
ResponderEliminarSaludos,
Marta