martes, 22 de octubre de 2013

DE LÁGRIMAS Y ACERO

 
 
El próximo día 15 de noviembre, presentarnos en Bilbao.
 
"DE LÁGRIMAS Y ACERO"
 

recopilación de poemas de  los alumnos del Taller de poesía del Centro Penitenciario Madrid II (Alcalá Meco)
Os dejo uno de sus poemas.


Camino por senderos
que sólo existen en mis sueños.

El chasquido de un escaparate...
trajo la noche.

En el jardín en el que vivo,
hay flores muertas.
                           Pedro U.

sábado, 22 de junio de 2013

DE LÁGRIMAS Y ACERO


Rosas Jimena, Eduardo de la Fuente, Sebastián Galán, Elena Muñoz, Yolanda Sánchez (Periodista de la ONCE) Carmen Peral (Fundación ONCE) y Ángeles Fernangomez, son los amigos que ayer me acompañaron en este maravilloso acto de presentación de la antología: "DE LÁGRIMAS Y ACERO"" que los Internos de los módulos II y IX, han escrito y que Ángeles Fernangomez presentó ante más de 160 Internos con estas palabras:



PRESENTACIÓN ANTOLOGÍA “DE LÁGRIMAS Y ACERO” 

 
Mi buena amiga, colega en la Literatura, creadora y conductora de este Taller Literario, e impulsora de que esta Antología sea algo más que un sueño, dice en la introducción a este libro:

 Hace dos años pisé por primera vez el Centro y cada día estoy más satisfecha de haber seguido ese primer impulso que me acercó hasta aquí.

Todo el mundo sabe ya que me estoy refiriendo a este ser maravilloso, pequeño, pero muy grande, que se llama Elena Peralta, y que ha conseguido que la poesía sea aquí –quizá más que en ninguna otra parte-, aquello que Celaya exigió de ella un día, “que sea un arma cargada de futuro” o, como yo suelo decir muy a menudo (permitiéndome jugar con este verso de Celaya), que la poesía sea “un alma cargada de presente” -que también-, y lo prefiero, ya que me gustan mucho más las almas que las armas y, por otro lado, desde el presente es desde uno se labra el futuro. Lo que, sin duda, ha conseguido esta delicia de persona, es que a la poesía le nazcan alas.

Y continúa diciendo Elena: 

La poesía ha sido el nexo de unión que nos ha servido a todos para retro-alimentarnos los unos de los otros. Los Internos han conocido la poesía conmigo y yo he aprendido humildad y generosidad con ellos.

Las páginas de este libro te acercan a todos nosotros, esto es lo que hemos hecho juntos.

¡Buen trabajo!, desde luego, porque “juntos” es una palabra mágica y cargada de fuerza. “Juntos” es la suma de 1+1+1+1…, o sea, muchos, o sea, todos. Las personas, cada persona, no somos un ser aislado, un ser que no necesite de los demás para caminar en la vida y llegar a buen puerto, no. Somos, por naturaleza, seres sociales, formamos familias, tribus, clanes, pueblos, países, clubs, bandas, grupos…, siempre “juntos”, siempre con la fuerza que da la manada: para bien, generalmente, para mal, según las personas elegidas por compañeras de camino. Pero “juntos”. En esta ocasión, la elección ha sido excelente, no cabe la menor duda. Y aquí está el resultado. ¡Qué gozada!, ¿verdad?: tener en vuestras manos este libro (y para siempre), ver las palabras que han salido del interior de cada cual, las más auténticas de todas, aquí reflejadas, en familia, en su casa para siempre, porque un libro es la casa de las palabras, donde todo el que quiera puede pasar a visitarlas, leerlas, y alimentarse de esas palabras, de vuestras palabras, en este caso. 

 Y sospecho que, para vosotros, los autores, no solo ha sido un ejercicio literario, sino un auténtico ejercicio de sanación: decir en verso lo que, tal vez, jamás se haya dicho nunca ni a nadie. Y publicarlo.

Cuando toco este libro, cuando lo leo…, no veo solo el libro, no siento solo los poemas: me imagino a todos sus autores agarrados en círculo, cogidos de las manos; me imagino a Elena

Peralta, también dentro de ese círculo, con ellos, como una más pero siendo ese núcleo y foco del calor que se genera, pasando con sus manos la energía y recibiéndola. También veo dentro del círculo a todos los que han colaborado. Veo a José Luis Corral, autor del prólogo, veo al Subdirector de Madrid II, autor de la Introducción, veo a nuestro querido Enrique Gracia Trinidad, autor de la Contraportada, al Educador, José Luis, a Alfonso, Jefe de la Unidad Docente, a los Maestros de la CEPA. Veo también a Luis Ricardo Suárez, nuestro llamado cariñosamente “El Poeta Pijo”, quien cierra este libro, junto con Begoña Montes, Fran Picón, Rosa Jimena, Manuel Martínez-Carrasco, Mayte Albores, Sebastián Galán, Blanca Langa y Eduardo de la Fuente. También veo a Pilar Iglesias, editora, una persona comprometida donde las haya.  Y también a tantos otros que han apoyado el proyecto, los veo a todos (los conozca yo o no). Todos en corro, en círculo y agarrados de la mano. Y, permitidme, yo también quiero entrar, yo, Ángeles Fernangómez, también quiero cogerme de la mano de los autores y agrandar un poco el círculo que genere esa energía que se da y que se recibe. Yo también deseo ser una más entre vosotros, aunque solo sea con la aportación que supone presentar este libro.

Yo quería haber dicho algo aquí de todos y cada uno de los autores, elegir alguno de sus versos y comentar su contenido. De hecho, comencé a hacerlo, pero esto se alargaba, se alargaba, se alargaba tanto, que tuve que tomar la tijera en mis manos (lo mismo que están haciendo ahora los políticos, que ya les vale…) y ponerme a recortar, ¡válgame el cielo, qué trabajo me costó tener que hacerlo!, pero es que sois muchos en la Antología y a mí me fluían y me fluían cosas al leeros a todos. Yo notaba que aprendía de vosotros, que la emoción vibraba. Y el Arte es eso: conseguir mover emociones. Si no es así, no es Arte, será otra cosa, pero arte no.

Así que, tijera en mano, tuve que decir: ¡al azar, como en la lotería!, elijo a unos poquitos, a 10, por ejemplo, (ese fue el límite que me marqué), y que esos 10 representen a todo el colectivo en esta presentación. Y así fue. En la vida no siempre se puede hacer lo que uno quiere, y así me pasó a mí en esta ocasión. Lo siento.

1-Y, al meter la mano en el bombo de los versos, el primer afortunado fue Julio Santos, que escribe aquí a su amigo una enorme carta desde el infierno, diciéndole: Creo será un consuelo/ esta carta para ti / mientras pises este suelo,/ por saber que se está aquí / mucho mejor que en el cielo. O esa emoción que él mismo expresa en el siguiente poema (este mucho más breve, con gran carga lírica) y que dice: Un día más sin saber de ti / Un día más sin poder salir /Un día más esperando el final / Un día más en la oscuridad. Para luego, hacerle una Oda a su abuelo, hortelano del Jarama.

2-Darío Camones, pone nombre de Eolo, señor de los vientos, a ese pensamiento frío que le atormenta. Y en el siguiente poema, con una carga poética y emotiva y de esperanza, dice:  La magia del sendero / me salvará del precipicio./ Tal vez… sólo tal vez /  necesite cerrar los ojos, / para volar hacia tu lado. ¡Cuántas cosas pueden hacerse sólo con cerrar los ojos y soñar, amigo…!

3-José Antonio Martín, compone un acróstico (es un ejercicio que se ve a menudo a lo largo de la Antología), haciendo un poema que se compone de versos que comienzan con las iniciales de su nombre de pila: Juntos en el jardín / Oteando sobre el balancín… Y la “J” le ha dado pie a
 escribir la mágica palabra “juntos” con la que arranca el poema. En el poema siguiente, en el que habla con su hijo y le explica cómo siente él el mundo desintegrado, egoísta y corrupto, José Antonio dice: Lo que antes era trabajo, familia y una buena pensión / hoy sólo nos queda despidos, /despilfarro y mala gestión. /  Pero luego, el amor al hijo, le redime : Por eso, vida mía, tu eres el amor, / y en tu corazón debe reinar el honor. /En tus manos leo ternura y comprensión / tú eres mi libertad y mi perdón. Y José Antonio domina las imágenes poéticas, las tretas literarias, como en: Me he quedado quieto en un rincón de tu afonía, preguntándole al cansancio si existen las metas… ¡toma ya poesía…! ¿Y qué decir de…: En el silencio de la noche / me llaman las cenizas de una estrella. / “Cariño, no te aflijas, tienes mi corazón” ? Pues eso, que poesía son sus versos.

4-… Cae de oro la tarde, / Yo el rio, / en calabozos rodantes /… , dice Mario Ibáñez, para meditar sobre su casa-cárcel en el siguiente poema y decir: Apenas diez los metros cuadrados / Y cero los roces sin mínimas. / En fin, que sigue la vida / Aún con las libertades exiguas. Después, nos hace introducirnos en su misma emoción, ser empáticos y acercarnos, sentir el humo de ese cigarrillo que enciende y la rabia de ese “mierda” entre admiraciones: Enciendo mi cigarro / antes del desayuno / y vuelvo a decir ¡Mierda! / y  escribo otro verso / como escribí el primero / como imagino un día / escribiré el último/ el intermedio;/ como todos los versos /en épocas de crisis. Contaré algo curioso, y es que justo cuando iba por aquí en la preparación de esta presentación, me llamó una persona por teléfono y me dijo: “¿qué haces?” , “preparando la presentación de la Antología de poetas de Alcalá Meco”, -le contesté, mientras, seguidamente, le leí estos últimos versos de Mario que acababa de copiar en mi ordenador.  Al otro lado de la línea telefónica, escuché: “¡caramba, eso es muy bueno!” “Desde luego que sí” –contesté yo-. “Y eso que no te he leído todavía lo de: Se me perdieron / no sé dónde, los bulliciosos domingos de infancia./”, que también son versos de Mario.

5- …para poder salir / del umbroso soportal / de las dudas donde me encuentro, escribe Eudes Méndez, y vuelven las dudas a poblar sus versos, pero eso es bueno. “Loada sea la duda”, escribió el gran poeta Bertold Brecht, ya que la duda es el camino que lleva a pensar. Yo siempre dudo de quien no duda. Así que nadie le tenga miedo a dudar. Otra cosa es quedarse en la duda la vida entera. Y luego, Eudes, le canta a la amistad -¡qué hermoso!-: Noble sentido la amistad,/ como ambrosía.../ tan difícil de ver.

6-Francisco Sánchez, canta al amor ausente: Mi cuerpo arde en mil hogueras cuando  duermo/ para cuando despierto…. / Sólo quiero gritarle al mundo,/ este amor que siento. Otro poema, le cierra de una forma que nos provoca una sonrisa tierna y cómplice.: Jardinero que podas/ normas tan altas,/ poda el aroma político / de este tonto cuento. / Y luego llega el recuerdo a la madre y a sus besos, el amor con mayúscula. Y también el canto a la Libertad perdida.

7- Ignacio Armendáriz, dice: no tiré al fuego / ninguno de los besos que me diste. ¡Buena decisión!, los besos jamás se tiran. Y luego, esos versos que casi nos confunden: Que ganas tengo / de echarte de menos!!! O estas imágenes tan bellas, de añoranza:  Se me escapa la vida  sutilmente / como un chasquido en las sombras /Como un jardín desolado.

8-A ver estos otros versos: Una paloma blanca /incapaz de cruzar el mar inmenso / caerá en otro abismo. / La muerte no baldea las lágrimas de un preso. Qué duro y qué sentido es esto que dice José Antonio Ortiz. Y también, como un justo canto de esperanza dice: me encuentro esperando / el final de mi condena, / ver la luz a mi mal.  Ojalá sea pronto, José Antonio.

9- Impresiona este poema de Fco. Javier Navarro: Cuando se quemen los últimos recuerdos / y mi cerebro vague sin rumbo / bajo estos muros dormidos, / el viejo calendario /  colgado en la pared,/ será quien me recuerde, / que ayer fui un hombre libre. /     Las telarañas bailan en mi almohada. Y es muy bueno.

10- Luis “Roki”, escribe algo tan bonito como esto: Detrás del ventanuco / que hay en mi celda, / dibujo tus cabellos / por la mañana. Y algo que no falla nunca es recurrir en los peores momentos a ese amor incondicional, al de la madre. Por eso Roki dice: Cuando la tentación / me condiciona / una frase muy dentro / acude al rescate. / “Amor de madre”.

¡Ya!, ya sé que he llegado a sacar los 10 nombres del bombo, la meta que me había propuesto tras tener que echar mano de la tijera y recortar, pero… ¡venga!, sólo uno más, uno de regalo y… ¡a ver a quién le toca! Un momento de silencio…, el bombo gira…, las bolas con los nombres se rozan unas con otras…, todas tienen el mismo valor, las mismas oportunidades, será el azar quien tenga la palabra. Ya está echada la suerte. Ahí va: Me encantaría ligar / una linda muchacha /en la orilla del mar, / bajo las estrellas del mundo real. / Me siento consumido /  entre barrotes fríos encerrado, / pero  no pierdo la sonrisa, / la alegría es la fuerza que me anima. Y es Iván Gómez, el autor de este hermoso canto de esperanza que ojalá se le cumpla.

Decíamos al principio que, Elena con vosotros, y vosotros junto con Elena, habéis conseguido que a la poesía le salgan alas. Pues las alas, son siempre signo de libertad: volar, volar, volar… La poesía, estos versos, este libro, son alas hacia La Libertad.

En toda la Antología, la palabra LIBERTAD está presente, se repite y se repite como un mantra, y es así como debe de ser, porque la meta que alguien que, por la razón que fuere, ha sido privado del tesoro más preciado del ser, que es la libertad, tiene la obligación de trabajar duro, y no desesperarse, sino crecer y crecer interiormente,  para recuperar la libertad perdida saliendo fortalecido, viviendo, incluso aquí dentro, la libertad interior , esa de la que nadie –si no uno mismo-, puede privarte.  Tal vez, este encuentro con la POESÍA, con el lenguaje del subconsciente, con la meta-palabra, sea la puerta abierta a la libertad interior, que vaya abriendo ventanas también al mundo de allá afuera. Ojalá. Gracias por enseñarme tantas cosas, de todo corazón os lo digo. Guardaré vuestro libro como una joya, como algo también un poco mío, aunque sólo me pertenezcan los signos de admiración que he puesto en mi alma al leeros a todos. A todos.

Y termino, mencionando unos versos más de esta Antología, y un autor más, claro (ya me he vuelto a hacer trampa, pero es que… no he podido evitarlo, como decía Malcovich en la película “Las amistades peligrosas”)

 Y es que enternece la frescura de estos versos de Fernando Torres: No soy poeta / tampoco escritor / soy un simple preso / que escribe por amor.

Muchas gracias.
ÁNGELES FERNANGOMEZ
 
21 de junio de 2013 

 

 

viernes, 7 de junio de 2013

AÚN RECUERDO ROMA



 
 
 

Se apagó Roma

detrás de los cristales,
 


mientras el  pensamiento

encendía recuerdos.

Inmobiles las piedras

escuchaban latir mi corazón.

Contemplamos las ruinas milenarias,

trajeron dos cervezas,

y allí tus dedos,

sí dibujaron luz.

domingo, 17 de marzo de 2013

DE QUÉ HABLAR ESTA TARDE





De qué hablar esta tarde compañero de celda,

si detrás de estos muros

la alegría entristece los barrotes y piedras.

De qué hablar esta tarde,

cuando afuera en el patio oscurece la niebla.

Reprocharle a la vida

es un tema gastado en las horas de espera,

y el dolor es tan fuerte

cuando se abren las puertas a una nueva condena,

que me huele a pecado

cuando callan las voces de las altas esferas.
 
 

Entre dientes mascullo

de qué hablar esta tarde que no suene a miseria.    

domingo, 10 de febrero de 2013

Siempre es invierno


 
 
En esta celda tan oscura y fría,

la más temible soledad,

reina el vacio...

el vacío que no logro llenar.

Posada gris, húmeda

donde falta el calor de tu presencia.

No existe la primavera, ni el verano,

siempre es invierno,

en este lago yermo de mi mente.
 
Francisco Sánchez Crespo (Modulo 9. Madrid II)
 

miércoles, 23 de enero de 2013

LA TERTULIA LITERARIA DE ANNA ROSSELL

23 de enero de 2013


PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA POÈTICA

"UN POEMA UNA VOZ, UNA VOZ UN POEMA"

 
Elena Peralta, ed., Un poema una voz, una voz un poema. Olifante. Ediciones de Poesía, Zaragoza 2012
21-01-2013, Ateneo Barcelonés

por Anna Rossell

Buenas tardes a todos y mi agradecimiento. Agradecimiento por vuestra compañía aquí esta tarde, agradecimiento a la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña, agradecimiento al Ateneo Barcelonés, a Elena Peralta, por proponerme a mí la presentación de esta antología poética, motivo de nuestro encuentro, y a mis compañeros de mesa.

Me complace muy especialmente esta presentación por razones diversas: por tratarse de una antología con edición a cargo de mi amiga y poeta Elena Peralta, en la que ella participa con triple protagonismo: como seleccionadora de los y las poetas y la de los correspondientes poemas –dos a cargo de cada uno-, como poeta ella misma, pues también ella está representada en la antología en calidad de coautora, y como encargada de poner voz a los textos.

Y, más allá de todo esto, me agrada también porque la antología contiene poemas de otros dos poetas amigos, Marian Raméntol y Enrique Gracia Trinidad y el entrañable acompañamiento musical de Cesc Fortuny i Fabré, cuya música tuve el gusto de conocer hace algunos años y con quien ya hace tiempo voy teniendo el placer de coincidir en muchos actos.

Por todo ello me siento muy afortunada de ser precisamente yo quien os diga hoy las palabras que me ha inspirado la lectura y audición de esta antología, que es a la vez un audiolibro.

El hecho de que el libro que hoy presentamos reclame, o al menos pueda reclamar, dos de nuestros sentidos -el de la vista y el del oído-, le otorga un carácter singular y, tratándose de poesía, le da el importantísimo valor añadido de retrotraernos a sus orígenes, a los auténticos orígenes de la poesía lírica.

Como ya nos recuerda José Corredor-Matheos en su prólogo, “La poesía nació, en míticos tiempos, para ser cantada y oída.”

Ya en los jeroglíficos egipcios, de veinticinco siglos antes de Cristo, nos han llegado testimonios escritos, que por su cadencia rítmica se suponen cantos religiosos y de labor, en forma de poesía. También la poesía épica, la más antigua conocida de las cuales es la de los sumerios, el Poema de Gilgamesh, de escritura cuneifome grabada sobre arcilla, data de unos 2000 años antes de la era cristiana. También son hímnicos los Veda, libros sagrados del hinduismo, que se calculan escritos en su versión más reciente el siglo III antes de Cristo. Y las más cercanas a nuestra cultura, de la que ha bebido toda la tradición de la que nos seguimos alimentando, los cantos de La Ilíada y La Odisea, atribuidos a Homero -sintomáticamente un poeta ciego, un dato que me gusta subrayar precisamente con motivo de la presentación de esta audioantología, pues de la tradición oral para la que fue creada la gran poesía de las culturas humanas sigue viviendo ésta que presentamos hoy-.

Al igual que los griots africanos actuales, los poetas antiguos que han sido y siguen siendo nuestra referencia cantaban los hechos históricos y homenajeaban a sus héroes para su perpetuación en la comunidad por transmisión oral de una generación a otra, o bien ensalzaban a sus divinidades o animaban las horas de trabajo (Hesíodo, Los trabajos y los días) a través de los cantos creados para ser escuchados. Ya antes de Homero poetas griegos nos hablan de la figura del cantor, y el propio Homero la menciona en su obra, él habla del aedo-,del que dice que narraba los acontecimientos acompañado de una lira. Esta poesía, que se servía del ritmo con la doble función -estética y práctica-, de vestir más bellamente las palabras y de facilitar la labor de la memoria, reivindica de nuevo sus orígenes a través del poemario que hoy presentamos.

Quiero felicitar muy sinceramente a Elena Peralta, a la editorial por la cuidada edición, a la O.N.C.E. por haberlo subvencionado y a todos quienes han contribuido a este proyecto por esta iniciativa. A Elena Peralta por la acertadísima selección de todos y cada uno de los poetas y, sobre todo, de todos y cada uno de los poemas. Siendo como son los autores y los textos aquí recogidos tan diversos, de registros tan distintos, tienen sin embargo en común que todos ellos poseen un extraordinario sentido del ritmo, lo cual es especialmente destacable y adecuado para el objetivo que en primera línea persigue el proyecto: incorporar al aedoen la publicación y ofrecer así a no videntes y a videntes el placer extraordinario de poder disfrutar de la musicalidad de los textos a través de la voz y del instrumento que los acompañan.

En el índice encontraréis, como es de esperar, la relación de los autores que participan en esta antología. Sin embargo quiero mencionar en esta presentación a todos y cada uno para rendirles aquí y ahora el homenaje que merecen. Se trata de:

Joan Margarit, Marian Raméntol, Enrique Gracia Trinidad, Luis Alberto de Cuenca, Aureliano Cañadas, Ángel Guinda, Francisco J. Picón, Domingo F. Faílde, Dolors Alberola, José Luis Morante y Elena Peralta.

Estas páginas y el soporte acústico que las acompaña dan fe del sencillo y bello lamento elegíaco de Margarit, de la acritud y amarga estridencia y la fuerza metafórica de las imágenes de Raméntol, la subversión de valores de la contrafábula y la invitación a transgredir los límites entre prosa y poesía de Enrique Gracia, la frescura desenfadada de las simpáticas y humorísticas descripciones de Luis Alberto Cuenca, la confesión autocrítica en registro de responso de Cañadas, la reveladora inteligencia de los juegos de palabras y el canto a lo marginal de Ángel Guinda y su genial uso de la paradoja, la lúcida reflexión introspectiva de Picón, los oportunos encabalgamientos de la minuciosidad paisajística con que Faílde sabe traducir un estado de ánimo, la magistral radiografía que sabe hacer Alberola de la profunda soledad de una alma humana, el impresionismo con que Morante pinta con palabras Una calle vacía y de la rebeldía y el impulso reflexivo de Elena Peralta.

Mención especial merece la magnífica compenetración entre el recitado de la voz y la música que ha creado Cesc Fortuny especialmente para cada poema, un ensamblaje en el que cada una –voz y música- conserva su autonomía, ninguna está al servicio de la otra. Lejos de servir de mero acompañamiento, la originalísima música de Fortuny crea un marco para la voz que recita, pone al oyente en un determinado estado de ánimo, en una disposición.

Y como de oír poesía hoy se trata sobre todo, quiero dejar paso a la voz, al canto y a la música que han de ser los verdaderos protagonistas de esta velada.

Muchas gracias a todos por acompañarnos hoy.

© Anna Rossell

miércoles, 9 de enero de 2013

QUE ES MORIR POR DENTRO



Tarde gris en mi celda.
Se enciende la nostalgia,
me invaden los recuerdos.
En la ventana del chabolo
una maceta rota,
donde cultivo sufrimiento;
la riego cada día
con gotas de esperanza
que se están desgastando entre las rejas.

Los internos  escuchan mi silencio,
todos los presos saben...
                                    que és morir por dentro.




Homenaje a mis alumnos del Centro Penitenciario (Madrid II) Alcalá-Meco