LA ÚLTIMA DAMA
Cuando la muerte tiene ganas de jugar
no hay quien la aguante.
Hace trampas,
se pone impertinente, salen diez reyes por baraja y todos para ella.
Es la mujer de hueso más fullera
que he conocido nunca.
Y lo peor
es que no necesita hacernos trampa
para ganarnos la partida.