Fotografía Josep Blanh
Surco la eternidad, formando parte de ella.
En las calles desiertas, escucho los susurros
de piedras condenadas
a vagar
entre las sombras del pecado.
Dibujo en cada esquina
señales que conducen a mi templo.
El peso del dolor
trepa hacia mi ventana,
breviario de la muerte.
Aquél murciélago despierto
debajo de una rama,
consigue ver el mundo
peinando el infinito.
Deseando que este y otros poemas tuyos estén en la antología de EN-RED-ADOS, de Netwriters. ¿Te animas?
ResponderEliminar¡Anda, poeta!
Molt bo!
ResponderEliminar"Peinando el infinito" seria una metonímia, l'infinit, el cel, es troba a la part més alta, la que correspondria al cap, per això el pentinen.
ResponderEliminarEl dia 21 em faria molta il·lusió de poder llegir un dels teus poemes. Me'n dónes permís?
ResponderEliminarSI!!!!
EliminarSería un honor, elige el que quieras
Ja et direm quin. I moltes gràcies, Elena, l'honor és nostre.
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