Hoy Sergio. A. D, nos regala esta:
NUNCA
Nunca debí enamorarme
angustia, celos, nervios…
sólo consigo desesperarme.
Nunca debí matar,
hoy los remordimientos
no me dejan respirar.
Nunca debí saltar,
por culpa de la droga, aquella madrugada…
mi mente estaba tocada.
“Abuela”, nunca debiste dejarme
desde tu ausencia,
mi alma no deja de torturarme.
Nunca debí drogarme
sólo pensaba en mi,
y todo el mundo empezó a abandonarme.
Nunca debí…
! nunca
jamás!
Buen trabajo de introspección y autoanálisis. La poesía ayuda a conocernos a nosotros mismos, y a veces es un primer paso muy firme para el arrepentimiento y el propósito de enmienda, aunque eso último huela, quizá demasiado a catilicismo, sin que esa fuera mi intención.
ResponderEliminarBesos